Uno de los sucesos más icónicos para los comienzos de Porsche fue la creación del icónico Porsche Type 64, este Porsche ha marcado un antes y un después en la Marca de Sttugart, pero… ¿Que pasaron con las 3 únicas piezas que fueron construidas?
El nacimiento del Type 64 fue la competición, encargado por el Führer Adolf Hitler, Alemania tenía que promover la superioridad de la ingeniería alemana y Volkswagen al mismo tiempo, para ello tenía que tener un vehículo de competición que destacase y fuese símbolo de victoria, para ello el responsable de la organización, Mayor Hühnlein, eligió a Ferdinand Porsche para que junto con Volkswagen, el coche del pueblo alemán, fuesen vencedores en la carrera Berlín-Roma, una dura prueba de resistencia que desapareció debido a la 2º Guerra Mundial.
Staud Studios © 2019 Courtesy of RM Sotheby’s
Sabias que… El Porshe Type 64 recibió originalmente la denominación Type 64 60K10, reflejaba el hecho de que era basado en el modelo 60, con el 10° estudio de carrocería.
El Type 64 se asentaba en el KdF-Wagen, predecesor del Volkswagen Beetle original, y empleaba el mismo motor bóxer de 4 cilindros de 32 caballos potencia.
Partiendo de esta base, el Type 64 fue diseñado con una carrocería estilizada y de aleación ligera, mejorando la aerodinámica, tapando incluso las 4 ruedas, con la que Ferdinand Porsche empleo procesos de aeronáutica para construir los paneles de aluminio que componen su cuerpo quedándose en tan solo 540 kg de peso. Y en cuanto al motor, utilización doble carburación, válvulas mayores y tasa de compresión mayor, pasando a desarrollar 50 caballos y alcanzando una velocidad máxima de 160 km / h.
Staud Studios © 2019 Courtesy of RM Sotheby’s
Sabias que… Las carrocerías en aluminio fueron construidas por la fábrica de carrocerías Reutter, actualmente conocida como Recaro.
A pesar de que los 3 Type 64 quedaron terminados en 1939 se paralizaron las competiciones debido a la segunda guerra mundial. El primero de los Type 64 fue a parar a las manos del Teniente Coronel Bodo Lafferentz, alto oficial de las SS y máximo responsable de la marca Volkswagen en ese momento, el cual quedo siniestrado a principios de la guerra.
Los otros dos chasis quedaron a manos de la familia Porsche, uno de ellos fue preservado en un almacén, esperando a ser salvado ante la época bélica que acontecía. Tras el fin de la 2º guerra Mundial, el ejército estadounidense encontró donde se ubicaba dicha unidad, decidiendo cortarle el techo y utilizarlo como coche de paseo hasta que el motor estalló, y fue transportado semanas más tarde a la chatarrería.
Staud Studios © 2019 Courtesy of RM Sotheby’s
Finalmente, en 1946 tras finalizar la guerra Ferry Porsche estableció de nuevo la empresa, añadiendo las letras del emblema Porsche, inaugurando al Type 64 como el primer modelo de la historia de Porsche en portar su nombre. Esta unidad que vive a día de hoy estuvo en manos de la familia Porsche durante años y fue conducido habitualmente por Ferry Porsche y su padre.
Staud Studios © 2019 Courtesy of RM Sotheby’s
Su 2º dueño fue vendido a Otto Mathé, piloto austriaco de la marca, donde el propio Battista ‘Pinin’ Farina realizo una restauración del único Type 64 existente. Tras el fallecimiento de Mathé, a mediados de la década de los noventa, el modelo pasó a manos de Thomas Gruber, coleccionista austriaco que pasa por ser uno de los especialistas de Porsche clásicos más respetados del mundo. Por último, en mayo de 2019 se dio lugar a la subasta de esta joya automovilística en el evento Monterey Car Week 2019, California, de la mano de RM Sotheby’s el cual se subastaría por la cifra mínima de 17 millones de dólares, los cuales debido a un error garrafal donde las apuestas llegaron a 70 millones se trataba de un error donde el pujante comenta que habían mal interpretado la cifra comunicada, por lo que nadie supero los 17 millones de reserva volviendo a su dueño esta exclusiva pieza de historia.
Sabias que… Debido que esta subasta terminó en el fracaso más grande en la historia de las subastas automotrices. Debido a un error de la casa de subastas, quien ponía el precio en la pantalla escuchó mal al subastador. La venta partió en los 13 millones de dólares y aumentó a los, no de 30 a 70, ya que se convertiría en la subasta más cara de la historia, al superar los 48,4 millones de la Ferrari 250 GTO del año pasado.